
Foto recientita del viernes pasado, en los Espais Naturals del riu Llobregat. Una joven mantis religiosa, de apenas cinco centímetros, oraba, inmóvil y devota, por una infortunada pieza de caza que echarse a las mandíbulas. En vez de eso, apareció un impertinente fotógrafo miope que la acosó de cerca, durante unos minutos, buscando su mejor plano. Ni el camuflaje la salvó.