
Tradicionalmente, se considera a la urraca un ave de mal agüero; pero yo creo que eso depende de si se deja hacer la foto o no. Si se deja, su gran majestuosidad dignifica la imagen. A mí me parece de lo más simpático este ave cuando lo veo saltando con su larga cola, que hace oscilar a modo de contrapeso con cada salto. Imposible que un ave tan graciosa pueda ser considerada un mal augurio de algo.