
Me siento últimamente como si el Universo tratara de asfixiarme. No es una sensación muy grata estar en la vida y no tener tiempo para vivirla o vivirla apartado de aquellas cosas que te entusiasman. Espero ansioso el momento en que la burocracia, los trámites y las responsabilidades den paso al disfrute del momento, a respirar el aire de una pineda, a poder gozar del azul del cielo y... hacer alguna foto nueva. De momento, ahí va un esbelto lagarto tupinambis de terrario, retratado hace un montón de meses, y que ya empieza a impacientarse por salir del disco duro al ciberespacio. Yo también me impaciento por volver a la vida.