
Cuando ha llovido y ha hecho algo de viento, el cielo se ve de un color mucho más puro y limpio. Por eso es fácil distinguir, en las lejanas alturas, las vistosas estelas que van dejando los aviones en el cielo. Aquí ni siquiera hizo falta usar un filtro polarizador para que el cielo mostrara su tono más saturado.