
Había ido a los Espais Naturals del Riu Llobregat cuando faltaba poco para el cierre. Tras un corto paseo, me encontré con esta libélula tomando los últimos rayos de sol. Como estaba muy baja me tumbé en el suelo y empecé a dispararle muy concentrado, oscilando el cuerpo adelante y atrás unos milímetros para conseguir un barrido de enfoque. Así estuve unos minutos tumbado en el camino. Cuando me levanté, vi a la encargada de cerrar las instalaciones que esperaba con calma tras de mí a que terminara, a una distancia prudencial para no espantarme al insecto. ¡Qué amable! ¿Cuánto tiempo llevaría allí?