

Al terminar el trabajo, me fui a un centro comercial a hacer la compra. Era pronto y aún no habían abierto. ¿Qué hacer? Pues, normalmente cojer un cojín de la parte de atrás y echar una cabezadita; pero, como justo empezaba la semana, todavía no tenía bastante sueño. Saqué la cámara y empecé a jugar. Hacía años que no "miraba" en blanco y negro, pero lo digital nos lo pone muy fácil a través de la propia pantalla.